viernes, 5 de febrero de 2016

FEBRERO = RESPONSABILIDAD ( I )

Responsabilidad es asumir las consecuencias de los actos, de manera libre sobre las decisiones que tomamos. La responsabilidad no sólo se refiere a uno mismo, sino también a la responsabilidad con los demás, ya que todo lo que hacemos tiene repercusión en los otros. 
La finalidad de enseñarles responsabilidad es prepararlos para que aprendan a tomar decisiones, libres y personales, debiendo asumir las consecuencias que se deriven de ellas. Educar en la responsabilidad consiste en ayudar a los niños a asumir sus errores, a rectificar si es necesario y a cumplir con las obligaciones y compromisos.
Enseñar a ser responsables también implica un ambiente especial en el hogar donde se le ofrezca información sobre las opciones entre las que deberán escoger y las consecuencias de cada una de ellas, proporcionándoles los recursos necesarios para elegir bien. La responsabilidad es la capacidad para decidir apropiadamente y con eficacia dentro de los límites de las normas sociales y de las expectativas comúnmente aceptadas, al tiempo que refuerza en el niño su sentimiento de autoestima.
En el proceso de aprendizaje de las responsabilidades personales y domésticas del niño existen tres estadios básicos a tener en cuenta: ‘la ley del mínimo esfuerzo’, ‘el camino hacia la autonomía’ y el ‘yo solo’:
·        Para vencer el acomodo a la ley del mínimo esfuerzo es necesario incorporar desde temprana edad hábitos de positiva superación en las actividades diarias.
·        El camino hacia la autonomía está repleto de obstáculos que el niño ha de superar. En ese progreso que le llevará a reconocerse y conocerse, es importante tener en cuenta la asunción de responsabilidades que poco a poco habrá de tomar.
·        En la fase del yo solo, el niño quiere conocer, investigar y probarse; pero con la misma facilidad que lo intenta, desiste. En esta fase es conveniente supervisar que el yo solo no se convierta en un simple juego de probaturas, sino que pueda ejercitarse en la asunción de pequeñas responsabilidades para lograr una autonomía plena y satisfactoria.
No existe una regla mágica que confirme que a determinados años se tienen que realizar ciertas tareas. Depende de muchas variables: maduración del niño, conocimientos, educación de los padres, entorno en el que vive, si es hijo único, el menor de varios hermanos...
El problema, según los expertos, es que los padres apenas exigen tareas a sus hijos ni a edades tempranas ni en la adolescencia. Las razones suelen ser las mismas. «Algunas familias consideran que sus hijos son demasiado pequeños para desarrollar tal o cual labor (que podrían hacer perfectamente como, por ejemplo, vestirse para ir al cole con 5 años. Al hablar con padres de adolescentes y plantear qué responsabilidades tienen los hijos en casa, la respuesta suele ser "cero" o, como mucho, tirar la basura o pasear al perro. Es decir; nada de autonomía personal respecto a su ropa, cuarto, etc., y menos aún respecto a la contribución familiar de ayudar a hacer la compra, la cena, lavar el coche, etc.».

Autonomía personal

Para lograr que un niño/a sea responsable hay que proporcionarle autonomía personal. Esto es, favorecer que haga por él mismo lo que es capaz de hacer en cada momento.
Sin embargo, es muy habitual que los padres hagan por los niños lo que podrían hacer ellos solos para, de este modo, hacerlo más rápido y mejor. Por ello, los niños y adolescentes desconocen su nivel de autoeficacia en múltiples tareas, destrezas y habilidades porque sus padres no les han dado la oportunidad de probarse así mismos».



¿Cómo ayudar al niño en casa a ser más responsable?
Asumir responsabilidades ayuda al crecimiento individual de la persona y a su relación  con otros. La mejor manera de crecer es a través de un desarrollo sistematizado, en el cual el niño logra sentirse útil y necesitado desde muy temprana edad, con la expectativa de volverse independiente y más seguro de sí mismo con el paso del tiempo.
1.       Motívale
Las actividades de la vida diaria desde edades tempranas, es uno de los retos que a la mayoría de los padres y madres de familias aún les es difícil lograr. Una de las formas más eficaces para lograr que el niño alcance su independencia es motivarle, teniendo en cuenta siempre sus limitaciones y necesidades, pero siempre haciéndole sentir que él es una persona responsable que forma parte de la familia y que por tanto una de sus funciones es cooperar como uno más.
2.       Refuérzale
Es muy importante  que a los niños no se les limite su participación en las actividades del hogar y hagamos de estas actividades un recurso de entrenamiento, decidle que su ayuda es importante y valiosa, de esta forma se estimula y eleva su autoestima y creatividad en otras actividades. Felicitadlo por sus logros, lo que permitirá una continuidad y un mejor desenvolvimiento en sus actividades diarias.
3.       Estimúlalo
Debemos estimular sus intereses para que se involucre de manera espontánea y  voluntaria. Fomentad el diálogo respecto a las actividades que desea desarrollar y tened en cuenta tanto su edad como sus limitaciones (asignadle tareas de acuerdo a su edad). Todas las tareas domésticas en las que se disponga a colaborar, permitidle que las realice, esto le ayuda a despertar interés de cooperación.
4.       Permítele cooperar
En las actividades que se realicen en el hogar, permitidle que en ocasiones tome parte de la organización de las mismas, esto le brinda un sentido de liderazgo para enfrentarse a la toma de decisiones y formar parte de grupos de trabajo. Así mismo le ayuda a desarrollar sus habilidades sociales y/o de comunicación.

No hay comentarios: