Responsabilidad es asumir las consecuencias de los actos, de
manera libre sobre las decisiones que tomamos. La responsabilidad no sólo se
refiere a uno mismo, sino también a la responsabilidad con los demás, ya que
todo lo que hacemos tiene repercusión en los otros.
La finalidad de enseñarles responsabilidad es
prepararlos para que aprendan a tomar decisiones, libres y personales, debiendo
asumir las consecuencias que se deriven de ellas. Educar en la responsabilidad consiste en ayudar a los niños a asumir
sus errores, a rectificar si es necesario y a cumplir con las obligaciones y
compromisos.
Enseñar a ser responsables también implica un
ambiente especial en el hogar donde se le ofrezca información sobre las
opciones entre las que deberán escoger y las consecuencias de cada una de
ellas, proporcionándoles los recursos necesarios para elegir bien. La responsabilidad es la capacidad para
decidir apropiadamente y con eficacia dentro de los límites de las normas
sociales y de las expectativas comúnmente aceptadas, al tiempo que refuerza en
el niño su sentimiento de autoestima.
En el proceso de aprendizaje de las
responsabilidades personales y domésticas del niño existen tres estadios
básicos a tener en cuenta: ‘la ley del
mínimo esfuerzo’, ‘el camino hacia la autonomía’ y el ‘yo solo’:
·
Para vencer
el acomodo a la ley del mínimo esfuerzo es necesario incorporar desde temprana
edad hábitos de positiva superación en las actividades diarias.
·
El camino
hacia la autonomía está repleto de obstáculos que el niño ha de superar. En ese
progreso que le llevará a reconocerse y conocerse, es importante tener en
cuenta la asunción de responsabilidades que poco a poco habrá de tomar.
·
En la fase
del yo solo, el niño quiere conocer, investigar y probarse; pero con la misma
facilidad que lo intenta, desiste. En esta fase es conveniente supervisar que
el yo solo no se convierta en un simple juego de probaturas, sino que pueda
ejercitarse en la asunción de pequeñas responsabilidades para lograr una
autonomía plena y satisfactoria.
No existe una regla mágica que confirme que a determinados
años se tienen que realizar ciertas tareas. Depende de muchas variables:
maduración del niño, conocimientos, educación de los padres, entorno en el que
vive, si es hijo único, el menor de varios hermanos...
El problema, según los expertos, es que los padres apenas
exigen tareas a sus hijos ni a edades tempranas ni en la adolescencia. Las
razones suelen ser las mismas. «Algunas familias consideran que sus hijos son demasiado pequeños para desarrollar tal o cual labor (que
podrían hacer perfectamente como, por ejemplo, vestirse para ir al cole con 5
años. Al hablar con padres de adolescentes y plantear qué responsabilidades
tienen los hijos en casa, la respuesta suele ser "cero" o, como
mucho, tirar la basura o pasear al perro. Es decir; nada de autonomía personal
respecto a su ropa, cuarto, etc., y menos aún respecto a la contribución
familiar de ayudar a hacer la compra, la cena, lavar el coche, etc.».
Autonomía
personal
Para lograr que un niño/a sea responsable hay que proporcionarle
autonomía personal. Esto es, favorecer
que haga por él mismo lo que es capaz de hacer en cada momento.
Sin embargo, es muy habitual que los padres hagan por los
niños lo que podrían hacer ellos solos para, de este modo, hacerlo más rápido y
mejor. Por ello, los niños y adolescentes desconocen su nivel de autoeficacia
en múltiples tareas, destrezas y habilidades porque sus padres no les han dado
la oportunidad de probarse así mismos».
¿Cómo ayudar al niño en casa a ser más responsable?
Asumir responsabilidades ayuda al crecimiento individual
de la persona y a su relación con otros. La mejor manera de crecer es a
través de un desarrollo sistematizado, en el cual el niño logra sentirse útil y
necesitado desde muy temprana edad, con la expectativa de volverse
independiente y más seguro de sí mismo con el paso del tiempo.
1.
Motívale
Las actividades de la vida diaria desde edades tempranas, es uno de los retos
que a la mayoría de los padres y madres de familias aún les es difícil lograr.
Una de las formas más eficaces para lograr que el niño alcance su independencia
es motivarle, teniendo en cuenta siempre sus limitaciones y necesidades, pero
siempre haciéndole sentir que él es una persona responsable que forma parte de
la familia y que por tanto una de sus funciones es cooperar como uno más.
2.
Refuérzale
Es muy importante que a los niños no se les limite su participación en
las actividades del hogar y hagamos de estas actividades un recurso de
entrenamiento, decidle que su ayuda es importante y valiosa, de esta forma se
estimula y eleva su autoestima y creatividad en otras actividades. Felicitadlo
por sus logros, lo que permitirá una continuidad y un mejor desenvolvimiento en
sus actividades diarias.
3.
Estimúlalo
Debemos estimular sus intereses para que se involucre de manera espontánea
y voluntaria. Fomentad el diálogo respecto a las actividades que desea
desarrollar y tened en cuenta tanto su edad como sus limitaciones (asignadle
tareas de acuerdo a su edad). Todas las tareas domésticas en las que se
disponga a colaborar, permitidle que las realice, esto le ayuda a despertar
interés de cooperación.
4.
Permítele
cooperar
En las actividades que se realicen en el hogar, permitidle que en ocasiones
tome parte de la organización de las mismas, esto le brinda un sentido de
liderazgo para enfrentarse a la toma de decisiones y formar parte de grupos de
trabajo. Así mismo le ayuda a desarrollar sus habilidades sociales y/o de
comunicación.