jueves, 1 de marzo de 2012

OS PRESENTAMOS A ...

Ya estamos en Marzo. Una nueva fruta y hortaliza os vamos a presentar: 


                  Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.
                 Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:
-¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
-No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda."
                Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a vos mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Podéis disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podéis marchitarte en tu propia condena... 
                                                                                 Escrito por Jorge Bucay


La lechuga no es un plato (sobre la generosidad)



¡Hay un gusano en mi plato! – dijo Matías haciendo gestitos con la mano como para ahuyentarlo.
nino_helado_postEl gusano primero miró el plato, después miró a Matías y luego dijo:
- ¡Glup! Parece que me equivoqué. Esta no es una hoja de lechuga.
Cuando se le pasó un poquito el miedo, Matías, que era muy curioso, se acercó a observar muy bien a don Gusano.
- ¡Vaya! -pensó- No sólo es bastante extraño y bonitos sus colores, sino que también tiene muchas patitas. Debe estar desorientado.
- Desorientado no, apenas un poco cegato –corrigió el gusano- pero en voz tan bajita que nadie lo escuchó.
Por un instante el gusanito detuvo su marcha, encorvó su lomo verde y miró a Matías con sus ojitos finitos de gusano perdido.ejercicio_8_3_2
Sonrieron cada uno a su manera.
Matías, entonces, trajo una hoja de lechuga, que con mamá sacó de la nevera.
Lo cargó sobre ella y la llevó al jardín.
Don Gusano sintió el airecito y fue feliz.
Entretanto, Matías lo miraba divertido.
Pasito a paso el gusano se fue perdiendo entre las rosas con un buen bocado de lechuga entre las mandíbulas.
Pero eso sí ¡lechuga sin condimentar!
Cuento de Patricia Cortondo

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